Los murales son una forma poderosa de comunicar. Cada mural que pinto nace desde una conversación profunda con quien me lo encarga: ¿Qué quieres transmitir? ¿Qué quieres que sienta quien lo vea?
Trabajo con paletas, símbolos y composiciones pensadas para dar armonía al espacio y amplificar su propósito. Ya sea en un café, una tienda, una sala de espera o un pasillo, el mural no solo decora: activa, emociona y genera identidad. Todo hecho a mano, trazo por trazo.
